El Vicario Episcopal Monseñor Daminato ofició una misa en la Iglesia de la Merced de Villa Mercedes
fuente OFICINA DE PRENSA DEL OBISPADO DE SAN LUIS
El domingo 22 de enero por la noche se celebró en la Iglesia Matriz de la ciudad de Villa Mercedes, Nuestra Señora de la Merced, la Santa Misa por el trabajo. Fue presidida por el Vicario Episcopal para el Decanato Sur Pbro. Ignacio Daminato, quien invitó a renovar la confianza en Cristo "para que tengamos nuevas fuentes dignas y estables de trabajo" y que por su poder "se suscite la mejor buena voluntad en los gobernantes, empresarios, sindicalistas y trabajadores para encontrar las soluciones".
Tras el cierre de fábricas y despidos suscitados en las pasadas semanas en la provincia de San Luis, se celebró la Misa por el trabajo en la ciudad de Villa Mercedes, con la presencia de la Delegada Episcopal para la Pastoral Social Diocesana Dra. María Andrea Piñeda y diversos dirigentes de gremios agrupados en la CGT Regional de Villa Mercedes. En dicha celebración eucarística, se oró por los trabajadores y sus familias, para que se generen empleos dignos y genuinos, y para que en comunidad fortalezcamos nuestro corazón para el diálogo, la búsqueda sincera del consenso y la construcción del bien común.
El Vicario inició el oficio haciendo llegar "el saludo y bendición de Monseñor Pedro Daniel Martínez Perea, como gesto sincero de acercamiento y solidaridad a todos lo hermanos que han perdido el trabajo y a sus familias, pidiendo por la pronta solución de este problema".
Llamando a la unidad, el padre Daminato recordó las palabras de San Pablo que "exhorta a que no haya divisiones y tengamos una misma manera de pensar y de sentir", y que "busquemos la unidad en las legítimas diferencias porque el Señor llama a todos a formar parte de su Reino".
"La Iglesia es una familia, una comunidad de fe y de amor, y esa unidad es el testimonio necesario para que el mundo crea", subrayó el Vicario del obispo.
"Vivir en unidad, implica la aceptación del misterio de que la Iglesia es una realidad humana y divina al mismo tiempo: pecadora, siempre llamada a la conversión, y santa porque es obra de Dios, no es una mera asociación humana que cada uno puede hacer a su manera. Cristo ama a su iglesia como el esposo a su esposa y le prodiga amor fiel, aún cuando nosotros seamos infieles. Esa comunión y unidad es el modelo para toda unidad social", invitó a meditar el sacerdote.
"Hoy nos preocupa la pérdida de trabajo de tantos hermanos, porque eso provoca un quiebre en la sociedad, destacó el padre Ignacio explicando que "en el plan de Dios el trabajo es un deber y un derecho", y que "el trabajo genuino y estable es cimiento para nuestras familias y para nuestra sociedad".
En palabras del Papa Francisco quien recientemente ha vuelto a recordarnos que "sin trabajo digno no hay esperanza social", el padre Daminato invitó a "recuperar el sentido y la cultura del trabajo para afrontar el desequilibrio social, a solidarizarnos con los que sufren por falta de trabajo o salario insuficiente, ya que remediar estas situaciones es un acto de justicia social".
El vicario episcopal llamó a la esperanza y al diálogo pidiendo que "no seamos instrumentos de una mera economía deshumanizante. Aprovechemos esta situación para ejercitar el diálogo para encontrar la salida, siendo protagonistas de la generación de trabajo genuino y estable, en defensa de nuestras familias y de nuestra sociedad".
El padre Daminato invitó a renovar la confianza en Cristo, llamado ´el carpintero´, "porque habiendo asumido las tareas laborales, Él conoce nuestras necesidades y nos mira con amor en nuestro trabajo, bendiciendo todo lo que hacemos bajo su mirada. Pidámosle con confianza la gracia de que tengamos nuevas fuentes dignas y estables de trabajo; que por el poder de Cristo, se suscite la mejor buena voluntad en los gobernantes, empresarios, sindicalistas y trabajadores para encontrar las soluciones".
fuente OFICINA DE PRENSA DEL OBISPADO DE SAN LUIS