sábado, 2 de marzo de 2013

UN INTEGRANTE DEL TRIBUNAL DE CONTRALOR MUNICIPAL RESPONDE A UNA DENUNCIA DE DOS LEGISLADORES


Marcelo Olagaray expone su visión sobre la obra de la plaza de La Alameda de Villa Mercedes, denunciada ante la Justicia Ordinaria por el Concejal Pablo Zamora

Sin Estridencias (Ni guitarreo)

Que la política se encuentra hoy cuestionada, no es noticia. Tampoco sorprende a nadie que la sociedad escuche voces estridentes, con discursos cargados de frases grandilocuentes y agresiones por doquier.

Ambos argumentos hacen que el periodismo asuma con toda responsabilidad el rol de ser el espejo en el que todos nos miramos. La sociedad espera de los medios que reflejen la verdad de la manera más objetiva, y esta circunstancia es la que me obliga, además de mi función de Miembro del Tribunal Contralor Municipal, a transmitirle a la ciudadanía todo lo relativo a las denuncias que se han realizado públicamente, en relación con la obra denominada Ingreso por Avenida Los Álamos.

Dado lo afirmado anteriormente, pretendo aportar datos, hechos, constancias y normativas aplicables, al mejor estilo de periodista, sin estridencias, ni adjetivos y mucho menos agresiones.

A) El Concejo Deliberante de la ciudad, resolvió el destino de los dineros provenientes del fondo de la soja, en el que se dispuso la modificación del ingreso por Avda. Los Álamos.

B) En cumplimiento de tal mandato, el Departamento Ejecutivo Municipal elaboró un proyecto en la que se planificó la creación de la plaza mencionada, e inició la tramitación de un expediente en el que se estipularon todas las condiciones que tendría tal obra (pliego).

C) Por el monto de la obra, (monto elevado) se dispuso el llamado a Licitación Pública, la cual fracasó, es decir no hubo adjudicación de obra.

D) Atento ello, se decidió la realización de una contratación directa por el mismo monto.

E) La obra se realizó y fue inaugurada en los últimos días de la gestión anterior (diciembre 2011)

F) En el mes de febrero de 2013, un concejal y un diputado provincial, realizan un anuncio por varios medios en el que advierten, primero, que se ha abonado una obra que no se realizó. Luego, que sí se realizó pero que no se terminó; para terminar afirmando que solamente se hizo algo diferente a lo resuelto por el Concejo Deliberante. Le agregan a tales dichos, que los miembros del Tribunal Contralor han avalado y consentido los pagos efectuados por el Ejecutivo, sin advertir las supuestas irregularidades por ellos denunciadas.

En un intento de echar luz a los dichos que se han vertido en estos días, en relación a esta obra, con el mismo esquema de redacción y con la misma premisa de ser objetivo, paso a agregar algunos datos de la realidad:

1) Inmediatamente de conocidas las declaraciones de los legisladores denunciantes, y dada la imputación de incumplimiento de los deberes del funcionario público que se infiere de las afirmaciones efectuadas, personalmente me avoqué al estudio de los antecedentes legales y a recabar la mayor cantidad de información necesaria para dar una respuesta acorde. Es decir, no me desentendí del tema, todo lo contrario, lo abordé.

2) Lo primero que confirmé es que la obra está realizada, fue inaugurada, asistieron todas las autoridades municipales, es decir, la obra "está".

3) Lo segundo es que el Tribunal de Contralor no autoriza pagos ni certifica obras, su función institucional es de fiscalizar la documentación contable y financiera de la Municipalidad, y en tales miras es que ha solicitado por resolución fundada la remisión de todas las actuaciones relacionadas con esta obra. (El expediente de Contratación Directa no pasó por nuestro Tribunal de Contralor porque es del año 2011).

4) La documental que exhiben los denunciantes, y de la que surgen las firmas de los tres miembros del Tribunal de Contralor, se refiere al Informe de estados contables del año 2011, mientras que los pagos efectuados por el Poder Ejecutivo por esta obra son del año 2012, por lo que el supuesto aval no es tal. Es más, el balance del año 2012 no ha sido remitido aún por el Poder Ejecutivo, por lo que mal podríamos haber dictaminado algo sobre un tema que no ha sido puesto en consideración del TCM. Es más, los estados contables a los que refieren los acusantes fueron aprobados por unanimidad de los miembros de la Comisión de Hacienda, la cual está integrada por el concejal que ha tomado la voz cantante en las acusaciones.

5) No obstante que aún no he recibido los expedientes, he podido verificar algunos datos que han sido corroborados por los funcionarios actuantes. Primero, que la obra no tiene acta de recepción definitiva; Segundo, que hay un fondo de garantías para defectos e incumplimientos técnicos; Tercero, que en los pliegos licitatorios NO figura la construcción de una guitarra gigante, sino que solamente va dibujada o pintada sobre el asfalto de calle Martínez, calle cuya pavimentación no ha sido realizada aún; Cuarto, la pavimentación de calle Martínez no es objeto de la licitación y tampoco incluía ninguna rotonda ni obra vial, la intervención era solamente en la plaza.

6) Que se ha remitido, por todos los miembros del TCM, cartas intimatorias a los denunciantes, para que manifiesten si ratifican o rectifican sus dichos de los que se infiere comisión de delito de incumplimiento de los deberes del funcionario público, para que en caso de proceder, se radiquen actuaciones de Vindicación de acuerdo con las prescripciones del Art. 28 de la Constitución Provincial.

En fin, en este breve relato se ha querido reflejar con tranquilidad, con prudencia y seriedad, los datos que tienen relevancia con las actuaciones del tribunal que integro.

Motiva esta publicación el especial interés personal en el resguardo de las instituciones que constantemente se ven atacadas o menospreciadas, en algunos casos también con un alto grado de malicia. Si no respondo por la institución que integro, la misma se ve afectada por mi silencio y, además, es oportuno remitir un mensaje "sin estridencias" para que el ciudadano pueda recibirlo, analizarlo y evaluar los hechos con información clara y precisa. Con el uso de la agresividad o el desprecio se pierde el respeto, incluyendo de quien lo expresa.

firma Dr. Marcelo Olagaray - Tribunal de Contralor Municipal - (Miembro por la minoría)