A fines del mes de diciembre de 2017, se cumplirán 20 años de la llegada de los aviones Douglas A-4AR Fighting Hawk a esta Cuna de los Halcones.
Escribe: Brigadier Víctor Hugo Sybila.Jefe V Brigada Aérea
Corría el año 1995, cuando el Ministerio de Defensa Nacional da por iniciada una serie de negociaciones con el Gobierno de los Estados Unidos de Norte América, con la finalidad de incorporar Caza Bombarderos que reemplazaran a los venerables Douglas A-4B y A-4C Skyhawk, que se encontraban próximos al fin de su vida operativa.
El modelo disponible para nuestro país, fue el avión Douglas A-4M Skyhawk II, que habían formado parte de la Armada y del Cuerpo de Infantería de Marina Norteamericanos y se hallaban almacenados en el Aerospace Maintenance and Regeneration Center (AMARC), próximo a la Base Aerea de Davis-Monthan (Arizona - EEUU).
Un equipo de técnicos e ingenieros aeronáuticos y electrónicos, seleccionaron las aeronaves que debían ser despreservadas y enviadas a las instalaciones del equipo de SKUNK WORKS de la Empresa Lockheed Martin en Ontario (California) y posteriormente a Palmdale (California) para su recorrida general y la instalación de equipamiento de última generación, para remozar las destacadas capacidades del avión A-4M, cuyo diseño y evaluación, había sido responsabilidad del Jefe del Programa A-4M asistido, por asesores operativos, técnicos y logísticos, entre otros.
La inspección de los aviones y la instalación de nuevo equipamiento se realizó en Palmdale (California) para los primeros nueve aviones, mientras que los veintisiete aeronaves restantes, fueron recorridos y modernizados en las facilidades de Lockheed Martin Argentina Sociedad Anónima, en la ciudad de Córdoba.
Con la incorporación de estas treinta y seis aeronaves, de las cuales había cuatro aviones biplazas y un simulador de vuelo, se dio un salto cualitativo fundamental en la instrucción y adiestramiento de los pilotos y mecánicos responsables de operarlos y mantenerlos.
Su llegada a los cielos argentinos permitió disponer de una herramienta probada y capaz, para que en manos de los aviadores militares argentinos, se asegurara ejercer la plena soberanía del espacio aéreo de jurisdicción nacional, adecuada con las exigencias de las amenazas del fin del Siglo XX y principios del Siglo XXI.
La disponibilidad de sistemas de navegación autónomos con actualización GPS, Radar multimodo para operación Aire-Aire, Aire-Tierra y Meteorológica, Armamento Aire-Aire de tercera generación, Sistemas de Autoprotección RWR, Sistema de Generación de Oxígeno para tripulación, reabastecimiento en vuelo, instrumentación de maniobras de combate aéreo y sistemas de planificación de misiones en tierra, son algunas de las capacidades que caracterizan a esta noble aeronave.
A 20 años de la última incorporación de aviones de combate de altas performances para la Fuerza Aérea, nos congratulamos en destacar sus bondades y capacidades que ha permitido, operar en todo el espacio aéreo del territorio nacional ejerciendo la soberanía en el espacio aéreo de jurisdicción nacional, como así también en la sobresaliente participación en ejercicios combinados con otras Fuerzas Aéreas amigas, tales como Fuerza Aerea de Brasil, Chile, Estados Unidos, Uruguay; Venezuela y Ejercito del Aire de Francia, entre otros.
Unos noventa pilotos argentinos, españoles y norteamericanos hemos tenido el tremendo placer de operar esta aeronave, la cual podrá seguir siendo una herramienta fundamental para la defensa de los cielos argentinos en los próximos años, con las adecuaciones técnicas necesarias para hacer más eficiente su operación.
Que Dios nuestro creador y su Santísima Madre, bajo la advocación de la Virgen de Loreto, dé la debida protección, a todos aquellos que operan, mantienen y sostienen a los venerables Douglas A-4AR “Fighting Hawk”.
“Y NO HAY QUIEN PUEDA”